Vuelta a los orígenes

En estos días de vacaciones que hemos pasado hemos aprovechado para visitar a mi madre en Lanzarote. Por cierto, ¿todo el mundo conoce Lanzarote? Si no, es un sitio digno de apuntarse para cuando surja la oportunidad. Para muestra, un botón: este es el atardecer que se ve desde nuestra casa, y os aseguro que hay rincones mucho más pintorescos.

Como ya comenté en la primera entrada del blog, fueron mi madre y mi abuela las que me introdujeron en las labores, y aunque yo, a lo largo de los años, he ido probando con distintos tipos de labores y proyectos, mi madre sigue siendo muy aficionada a hacer pequeños motivos de ganchillo, como flores, estrellas, corazones… que son de las primeras cosas que aprendí a hacer.

Tiene en un rincón del salón una cesta de mimbre con un montón de hilos de perlé de colores y, aunque me había llevado el Banana Leaf Shawl que estoy haciendo para darle un empujón durante las vacaciones, una tarde no me pude resistir a cogerle prestados un gancho y unos cuantos ovillos y hacer una vuelta a los orígenes. El resultado fue este:

Nada espectacular, los hice en un ratito, sin pretensiones, sólo para quitarme la espinita. Si os gustan las labores de ganchillo con combinaciones de color, os recomiendo que echéis un vistazo al blog Attic24 (en inglés). Lucy hace cosas muy chulas y con combinaciones de color maravillosas.

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